Me ha gustado mucho tu argumentación hasta llegar a esa conclusión final, conectando el mito con la tensión entre el progreso y la tradición, entre la innovación y la conservación (es curioso, porque es mi tema de esta semana también).
Quizá la interpretación más obvia y clásica, a pesar de todo, no pierde vigor en estos días: la construcción de la torre como la exhibición de una hybris tradicional, el pecado del orgullo desmedido de aquellos que creen estar por encima del poder. Por mi parte, ese poder lo he asociado siempre a la propia naturaleza, de manera que el «pecado» sería, más bien, el considerar el mundo como un recurso, sin tener en cuenta sus límites, y atentando así contra el propio entorno que nos protege.
Ted Chiang tiene un cuento llamado «La torre de Babilonia» —que creo haber citado en algún artículo— en el que le da una vuelta al mito: en este caso, la cúspide de la torre guarda una entrada que lleva al que la traspasa a un lugar alejado de la ubicación de esta. Así, lo que el relato transmite es la idea de circularidad, casi un eterno retorno nietzscheano, ya que en el fondo la obra es incognoscible para el ser humano. El texto dice:
«Mediante esta construcción, la obra de Yahvé estaba firmada, y la obra de Yahvé quedaba oculta.
De esta forma, los hombres sabrían cuál es su lugar».
Yo también viví cinco años inmerso en una lengua diferente. Para mí fue una experiencia motivadora, excitante y desafiante. Además, supuso una llamada a la humildad: tendemos a ver el mundo según nuestra cultura (y nuestra lengua es uno de sus condicionantes, o incluso uno de sus elementos constitutivos); pero otra gente piensa distinto porque habla distinto. Desde entonces nunca he vuelto a ver una película doblada, ni siquiera en coreano. La diversidad es riqueza. De momento la IA solo ofrece soluciones prácticas. No puede sustituir (insisto, de momento) a la comprensión del otro cuando hablas su misma lengua.
Lecturas cabalísticas aparte (la del rabino no me convence mucho), me inclino por pensar (la verdad es que no me había parado a reflexionar sobre esta leyenda, pero tus artículos es lo que hacen: provocan la reflexión) que la historia de Babel habla en el fondo de las limitaciones de nuestro cerebro, de nuestro conocimiento. De la terrible lucha contra la entropía (este término te lo copio) que hay que sostener cada día con un puñado de conexiones neuronales.
He leído varios libros de Haidt, e incluso tiene un blog substack por aquí. Pero a mí cada vez me cuesta más querer a personas con opiniones que dejan tan poco espacio a la duda como lo hace él últimamente, sobre todo con el tema del suicidio juvenil y las redes sociales. Creo que aún cuando escribió el artículo sobre Babel, le tenía por alguien más templado y coherente, pero me da la impresión de que persigue él también la fama rápida. Un mensaje concreto, coherente, la identificación de un enemigo común y un relato coherente.
A mí me parece que no es tanto el idioma que hablamos, sino las formas en las que nos hacen hablarlos, al menos en redes sociales. Al mismo tiempo, en la Red y en la vida 1.0 ansiamos ser únicos e irrepetibles, que nos diferenciemos por nuestros valores, nuestras experiencias o nuestra cultura, así que creo que seguimos ansiando convivir en un Babel.
Me está quedando un comentario muy disperso y que no aporta nada con sustancia a tu gran texto. A mí me ha vuelto a recordar que mi idioma local, el euskera, no sirve para insultar, y no existen en él términos peyorativos. Si ya es raro encontrar material online en este idioma, no ya digamos conversaciones tóxicas. Los hablantes se pasan al castellano para airarse, normalmente. Siempre me he preguntado cómo hemos llegado a eso.
Tu comentario no ha sido nada disperso, te lo agradezco. Y estoy muy de acuerdo contigo. Encontrar cierto discurso que tiene éxito es terriblemente tentador. Y Haidt lo está explotando. El amasijo de explicaciones que simplifican la complejidad a su antojo ansiando reconocimiento también constituye una dispersión semejante a la de Babel, como apuntas.
Muy curioso lo del euskera. Aunque nada como el idioma materno para desahogarse.
Muy chulo esto que traes hoy... y voy a traer un comentario tangencial, pero relacionado.
Muchas veces, simplificamos el problema de entendimiento, traducción y matices a las diferencias entre una lengua y otra, pero la realidad es mucho más compleja. Las distintas variedades lingüísticas de un idioma, considerando dialectos regionales y sociolectos, muchas veces también tienen esas palabras y expresiones que no se pueden aplicar de forma completa a otras variedades lingüísticas. La diversidad y riqueza que muchas veces halagamos en las diferentes lenguas, es común que sean despreciadas dentro de una misma lengua. Sobre todo cuando esas variedades son las de "menor prestigio".
Mientras el entendimiento se pueda garantizar cuando sea necesario, lo mejor que podemos abrazar es la diversidad, en su aspecto más amplio.
Huummm! No acabo de..., como decimos los italianos, "condividere" la interpretación que haces de Babel, a pesar del esfuerzo documental que has expuesto. Yo hablo 3 idiomas y he vivido y trabajado en 4 países y tu relato no acaba de casar con mi experiencia personal. Te cuento: el CEO de una multinacional (presente en 140 países), harto de las burlas que los directivos británicos hacían de la pronunciación "macarrónica" que tenían los directivos de otros países, implantó la norma que el idioma oficial en la empresa era el "Bad-English", se acabaron las bromas, bastaba con que las ideas se transmitieran y se comprendieran.
No obstante, está muy bien planteada la dificultad en la traducción de los idiomas; porque, intenta explicar a un sueco, un americano o un chino la diferencia que en el idioma castellano hacemos entre "cola" y "rabo"; ¿por qué el caballo tiene cola y el toro tiene rabo si ambos son cuadrúpedos, mamíferos y vegetarianos?
No se a que te refieres cuando dices "Que se lo digan a las universidades americanas", yo hice mi carrera en una Universidad americana (U. of Notre Dame) y la pluralidad lingüística más que un castigo de Babel es un crisol cultural que coloca a las Universidades americanas a la vanguardia del progreso de la humanidad.
En fin, Javier, para mi este no ha sido tu mejor aportación; la verdad es que tampoco queda clara la deriva política que desarrollas en los últimos párrafos.
En cualquier caso, te seguiré leyendo, un abrazo, Giorgio
Creo, Giorgio, que coincidimos más de lo que crees. Por supuesto creo que puede funcionarse con un lenguaje razonablemente operativo, especialmente en el ámbito profesional, aunque no se sea nativo. Hay desde luego CEOs de grandes compañías que no tienen problemas de barrera idiomática (otra cuestión es cuánto talento las compañías se pierden por la limitación de que todo tenga que ser en inglés). Yo me refería, como después reconoces, a esa traducción más íntima de una percepción profundamente cultural y que es terriblemente difícil de explicar para quien no pertenece a esa cultura.
Y sobre lo de las universidades americanas, no me refería a la pluralidad lingüística, que desde luego son referente mundial, sino a los problemas de las llamadas "políticas de cancelación" que chocan con el pilar de la libertad de expresión sobre determinados temas. Para muchos, especialmente los más conservadores y liberales, el acaparamiento ideológico de la izquierda, el pensamiento woke y demás está minando la capacidad para intercambiar opiniones y conocimiento de forma libre.
Aunque, desde luego, eres libre de pensar que esta no ha sido mi mejor aportación :)
Para esclarecer la deriva política que desarrollo en los dos últimos párrafos habrá que esperar a una nueva publicación (o a ese libro, quién sabe). Aunque ya puedes intuir que veo virtudes a ambos lados de esa tensión o equilibrio.
En cualquier caso, es un placer saber que me seguirás leyendo. Otro abrazo, Giorgio.
Qué fantástico ensayo, muchas gracias por elaborarlo y compartirlo.
Yo me inclino, un poco de forma intuitiva, hacia la interpretación de la pérdida de la lengua primigenia. He estudiado algo de paleolingüística, y veo señales por todas partes de una lengua madre extinta... 😊 Y supongo también que es la interpretación más romántica, por eso tengo debilidad por ella.
Me ha gustado mucho tu argumentación hasta llegar a esa conclusión final, conectando el mito con la tensión entre el progreso y la tradición, entre la innovación y la conservación (es curioso, porque es mi tema de esta semana también).
Quizá la interpretación más obvia y clásica, a pesar de todo, no pierde vigor en estos días: la construcción de la torre como la exhibición de una hybris tradicional, el pecado del orgullo desmedido de aquellos que creen estar por encima del poder. Por mi parte, ese poder lo he asociado siempre a la propia naturaleza, de manera que el «pecado» sería, más bien, el considerar el mundo como un recurso, sin tener en cuenta sus límites, y atentando así contra el propio entorno que nos protege.
Ted Chiang tiene un cuento llamado «La torre de Babilonia» —que creo haber citado en algún artículo— en el que le da una vuelta al mito: en este caso, la cúspide de la torre guarda una entrada que lleva al que la traspasa a un lugar alejado de la ubicación de esta. Así, lo que el relato transmite es la idea de circularidad, casi un eterno retorno nietzscheano, ya que en el fondo la obra es incognoscible para el ser humano. El texto dice:
«Mediante esta construcción, la obra de Yahvé estaba firmada, y la obra de Yahvé quedaba oculta.
De esta forma, los hombres sabrían cuál es su lugar».
Qué interesante. Dos notas:
Yo también viví cinco años inmerso en una lengua diferente. Para mí fue una experiencia motivadora, excitante y desafiante. Además, supuso una llamada a la humildad: tendemos a ver el mundo según nuestra cultura (y nuestra lengua es uno de sus condicionantes, o incluso uno de sus elementos constitutivos); pero otra gente piensa distinto porque habla distinto. Desde entonces nunca he vuelto a ver una película doblada, ni siquiera en coreano. La diversidad es riqueza. De momento la IA solo ofrece soluciones prácticas. No puede sustituir (insisto, de momento) a la comprensión del otro cuando hablas su misma lengua.
Lecturas cabalísticas aparte (la del rabino no me convence mucho), me inclino por pensar (la verdad es que no me había parado a reflexionar sobre esta leyenda, pero tus artículos es lo que hacen: provocan la reflexión) que la historia de Babel habla en el fondo de las limitaciones de nuestro cerebro, de nuestro conocimiento. De la terrible lucha contra la entropía (este término te lo copio) que hay que sostener cada día con un puñado de conexiones neuronales.
Hablando de entiende la gente.
He leído varios libros de Haidt, e incluso tiene un blog substack por aquí. Pero a mí cada vez me cuesta más querer a personas con opiniones que dejan tan poco espacio a la duda como lo hace él últimamente, sobre todo con el tema del suicidio juvenil y las redes sociales. Creo que aún cuando escribió el artículo sobre Babel, le tenía por alguien más templado y coherente, pero me da la impresión de que persigue él también la fama rápida. Un mensaje concreto, coherente, la identificación de un enemigo común y un relato coherente.
A mí me parece que no es tanto el idioma que hablamos, sino las formas en las que nos hacen hablarlos, al menos en redes sociales. Al mismo tiempo, en la Red y en la vida 1.0 ansiamos ser únicos e irrepetibles, que nos diferenciemos por nuestros valores, nuestras experiencias o nuestra cultura, así que creo que seguimos ansiando convivir en un Babel.
Me está quedando un comentario muy disperso y que no aporta nada con sustancia a tu gran texto. A mí me ha vuelto a recordar que mi idioma local, el euskera, no sirve para insultar, y no existen en él términos peyorativos. Si ya es raro encontrar material online en este idioma, no ya digamos conversaciones tóxicas. Los hablantes se pasan al castellano para airarse, normalmente. Siempre me he preguntado cómo hemos llegado a eso.
Tu comentario no ha sido nada disperso, te lo agradezco. Y estoy muy de acuerdo contigo. Encontrar cierto discurso que tiene éxito es terriblemente tentador. Y Haidt lo está explotando. El amasijo de explicaciones que simplifican la complejidad a su antojo ansiando reconocimiento también constituye una dispersión semejante a la de Babel, como apuntas.
Muy curioso lo del euskera. Aunque nada como el idioma materno para desahogarse.
Muy chulo esto que traes hoy... y voy a traer un comentario tangencial, pero relacionado.
Muchas veces, simplificamos el problema de entendimiento, traducción y matices a las diferencias entre una lengua y otra, pero la realidad es mucho más compleja. Las distintas variedades lingüísticas de un idioma, considerando dialectos regionales y sociolectos, muchas veces también tienen esas palabras y expresiones que no se pueden aplicar de forma completa a otras variedades lingüísticas. La diversidad y riqueza que muchas veces halagamos en las diferentes lenguas, es común que sean despreciadas dentro de una misma lengua. Sobre todo cuando esas variedades son las de "menor prestigio".
Mientras el entendimiento se pueda garantizar cuando sea necesario, lo mejor que podemos abrazar es la diversidad, en su aspecto más amplio.
Huummm! No acabo de..., como decimos los italianos, "condividere" la interpretación que haces de Babel, a pesar del esfuerzo documental que has expuesto. Yo hablo 3 idiomas y he vivido y trabajado en 4 países y tu relato no acaba de casar con mi experiencia personal. Te cuento: el CEO de una multinacional (presente en 140 países), harto de las burlas que los directivos británicos hacían de la pronunciación "macarrónica" que tenían los directivos de otros países, implantó la norma que el idioma oficial en la empresa era el "Bad-English", se acabaron las bromas, bastaba con que las ideas se transmitieran y se comprendieran.
No obstante, está muy bien planteada la dificultad en la traducción de los idiomas; porque, intenta explicar a un sueco, un americano o un chino la diferencia que en el idioma castellano hacemos entre "cola" y "rabo"; ¿por qué el caballo tiene cola y el toro tiene rabo si ambos son cuadrúpedos, mamíferos y vegetarianos?
No se a que te refieres cuando dices "Que se lo digan a las universidades americanas", yo hice mi carrera en una Universidad americana (U. of Notre Dame) y la pluralidad lingüística más que un castigo de Babel es un crisol cultural que coloca a las Universidades americanas a la vanguardia del progreso de la humanidad.
En fin, Javier, para mi este no ha sido tu mejor aportación; la verdad es que tampoco queda clara la deriva política que desarrollas en los últimos párrafos.
En cualquier caso, te seguiré leyendo, un abrazo, Giorgio
Creo, Giorgio, que coincidimos más de lo que crees. Por supuesto creo que puede funcionarse con un lenguaje razonablemente operativo, especialmente en el ámbito profesional, aunque no se sea nativo. Hay desde luego CEOs de grandes compañías que no tienen problemas de barrera idiomática (otra cuestión es cuánto talento las compañías se pierden por la limitación de que todo tenga que ser en inglés). Yo me refería, como después reconoces, a esa traducción más íntima de una percepción profundamente cultural y que es terriblemente difícil de explicar para quien no pertenece a esa cultura.
Y sobre lo de las universidades americanas, no me refería a la pluralidad lingüística, que desde luego son referente mundial, sino a los problemas de las llamadas "políticas de cancelación" que chocan con el pilar de la libertad de expresión sobre determinados temas. Para muchos, especialmente los más conservadores y liberales, el acaparamiento ideológico de la izquierda, el pensamiento woke y demás está minando la capacidad para intercambiar opiniones y conocimiento de forma libre.
Aunque, desde luego, eres libre de pensar que esta no ha sido mi mejor aportación :)
Para esclarecer la deriva política que desarrollo en los dos últimos párrafos habrá que esperar a una nueva publicación (o a ese libro, quién sabe). Aunque ya puedes intuir que veo virtudes a ambos lados de esa tensión o equilibrio.
En cualquier caso, es un placer saber que me seguirás leyendo. Otro abrazo, Giorgio.
Súper interesante Javier. Muy agradecido por poder leerte y gracias por todo el trabajo que pones en cada edición ♥️
Si merece la pena es porque sé que hay gente como tú que lo espera y lo disfruta. Gracias a ti.
Qué fantástico ensayo, muchas gracias por elaborarlo y compartirlo.
Yo me inclino, un poco de forma intuitiva, hacia la interpretación de la pérdida de la lengua primigenia. He estudiado algo de paleolingüística, y veo señales por todas partes de una lengua madre extinta... 😊 Y supongo también que es la interpretación más romántica, por eso tengo debilidad por ella.
Muchas gracias por tu comentario. A mí también me seduce esa interpretación. Será que también soy un romántico. :)