4 Comentarios

Que maravillosa historia. Recuerdo de niño devorar los libros con desplegables que hablaban de los planetas y satélites. Creo que la llama de la curiosidad la prendió en mi esta disciplina.

Este artículo muestra muy acertadamente esa relación entre creencias y búsqueda de la verdad que tendemos a olvidar. La ciencia, el conocimiento científico, el entender la realidad, parten de un impulso interno, de una creencia. No obstante, se entiende muy bien en el post la diferencia entre aquellas creencias que limitan nuestra comprensión de la realidad, las que nos impiden buscar la verdad, con aquellas que sirven de abono para el progreso de la ciencia. Aunque el origen pueda ser el mismo, la bifurcación entre ambas es trascendental. Esa es la clave de la ciencia, exponer nuestras creencias con la realidad, estudiarla y comprobar si esta las confirma o las refuta. Sin duda, la mayor reflexión que se puede sacar de este texto. Gracias por esta increíble historia.

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Qué currazo Javier, muchas gracias 💙

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Me gusta mucho la astrología, tu articulo es super completo y necesito otra lectura, gracias

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Gracias por este artículo. He aprendido mucho sobre la historia de astrología. Aprecio el papel histórico que la astrología desempeñó en el desarrollo tanto de la ciencia como de la psicología. Los primeros modelos matemáticos del movimiento planetario, aunque estaban arraigados en creencias místicas, sentaron las bases de la astronomía, y los arquetipos astrológicos influyeron en el pensamiento psicológico temprano, llegando a figuras como Carl Jung. Sin embargo, el uso moderno de la astrología hace mucho más daño que bien.

Uno de los principales problemas es que los cálculos fundamentales de la astrología están desactualizados. Cuando se desarrolló la astrología horoscópica, las posiciones de las constelaciones coincidían con los signos del zodiaco asignados a ellas. Sin embargo, debido a la precesión de los equinoccios —un fenómeno en el que la inclinación del eje terrestre cambia gradualmente con el tiempo—, las constelaciones se han desplazado. Los signos del zodiaco ya no se alinean con sus posiciones originales en las estrellas, lo que hace que las predicciones astrológicas basadas en cartas natales sean astronómicamente incorrectas.

Más allá de los errores matemáticos, la astrología se ha convertido en una industria multimillonaria que se aprovecha de las inseguridades de las personas y de su limitado conocimiento científico. En un mundo lleno de incertidumbre, muchos recurren a la astrología en busca de consuelo, tratando de encontrar significado en el caos. Pero en lugar de empoderar a las personas con pensamiento crítico, a menudo promueve el fatalismo, animando a la gente a atribuir sus dificultades a los movimientos planetarios en lugar de asumir su propia responsabilidad o analizar factores externos reales. También refuerza sesgos cognitivos, como el efecto Forer, donde las personas interpretan declaraciones vagas como si fueran descripciones precisas de su personalidad, fortaleciendo así su creencia en la astrología a pesar de su falta de fundamento.

Además, la astrología ha invadido espacios donde no debería tener cabida. Algunas personas toman decisiones trascendentales sobre relaciones, carreras e incluso salud basándose en alineaciones planetarias en lugar de en un razonamiento basado en evidencias. También fomenta la estereotipación, reduciendo la complejidad de la personalidad humana a rasgos simplistas según el signo solar, lo que puede reforzar prejuicios en lugar de fomentar una mentalidad abierta.

Si bien la astrología desempeñó un papel importante en la historia, hoy en día es, en gran medida, una pseudociencia explotadora que distorsiona la realidad, se lucra con la incertidumbre y, en muchos casos, desalienta el pensamiento racional. La ciencia avanzó, pero la astrología quedó atrapada en creencias obsoletas, convirtiéndola en un vestigio del pasado más que en una herramienta de verdadero conocimiento.

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