Substack funciona (algunos días) como mi pequeñita República de las Letras, gracias a artículos como este.
A pesar de que, como acertadamente defiendes, España contribuyó a gestar el embrión de esa red de información, qué terriblemente poco densa es la malla de comunicación entre los grandes ilustrados y sus pares españoles.
Es justo reconocer que hubo una desconexión ideológica (religiosa) entre los españoles y el resto de la República de las letras. Las tasas de científicos por habitante se deprimieron con la Contrarreforma y eso pasó factura. ¡Para otro día ese temazo!
Me ha recordado al caso del llamado "padre de la microbiología" Anton van Leeuwenhoek. Un comercial con una curiosidad tan excepcional que le llevó a crear sus propios microscopios y hacer hallazgos sorprendentes. Gracias a sus cartas con la Royal Society, sus descubrimientos fueron reconocidos por una comunidad científica no siempre dispuesta a escuchar a un outsider.
Su correspondencia nos recuerda que el conocimiento suele llegar siempre a través del la escucha del otro, independientemente de lo lejos que esté –intelectual o geográficamente– de nosotros
Gracias, Marta. El caso de Leeuwenhoek es súper interesante. Muy bien traído. Lejos de idealizar esta República de las letras, efectivamente, le despreciaron con mucho paternalismo precisamente porque no dominaba lenguas ni en particular el latín, y le costó mucho ser aceptado entre las publicaciones de la Royal Society.
Me hice eco de su historia en esta publicación, a propósito de como la tecnología ha andado en la trastienda de las revoluciones científicas, como supuso el microscopio para su descubrimiento del universo microbiano en una simple gota de agua: https://newsletter.ingenierodeletras.com/p/la-trastienda-tecnologica-de-las
Substack funciona (algunos días) como mi pequeñita República de las Letras, gracias a artículos como este.
A pesar de que, como acertadamente defiendes, España contribuyó a gestar el embrión de esa red de información, qué terriblemente poco densa es la malla de comunicación entre los grandes ilustrados y sus pares españoles.
Es justo reconocer que hubo una desconexión ideológica (religiosa) entre los españoles y el resto de la República de las letras. Las tasas de científicos por habitante se deprimieron con la Contrarreforma y eso pasó factura. ¡Para otro día ese temazo!
Javier, gusto leer tu trabajo. Y las redes de información-conocimiento actuales... Seguro que estás en ello. Saludos
Que gran artículo Javier. Me ha interesado mucho.
Un artículo interesantísimo Javier.
Me ha recordado al caso del llamado "padre de la microbiología" Anton van Leeuwenhoek. Un comercial con una curiosidad tan excepcional que le llevó a crear sus propios microscopios y hacer hallazgos sorprendentes. Gracias a sus cartas con la Royal Society, sus descubrimientos fueron reconocidos por una comunidad científica no siempre dispuesta a escuchar a un outsider.
Su correspondencia nos recuerda que el conocimiento suele llegar siempre a través del la escucha del otro, independientemente de lo lejos que esté –intelectual o geográficamente– de nosotros
Gracias, Marta. El caso de Leeuwenhoek es súper interesante. Muy bien traído. Lejos de idealizar esta República de las letras, efectivamente, le despreciaron con mucho paternalismo precisamente porque no dominaba lenguas ni en particular el latín, y le costó mucho ser aceptado entre las publicaciones de la Royal Society.
Me hice eco de su historia en esta publicación, a propósito de como la tecnología ha andado en la trastienda de las revoluciones científicas, como supuso el microscopio para su descubrimiento del universo microbiano en una simple gota de agua: https://newsletter.ingenierodeletras.com/p/la-trastienda-tecnologica-de-las
No había leído esa newsletter tuya, muchas gracias por compartirla. Siempre es un placer leerte.
Ya tiene un tiempo… :)
Nada, un placer. Gracias a ti.