Hoy, más que nunca, el nombre de tu newsletter hace honor a su paradójico enunciado…
Me alegro de contar con visiones esperanzadoras como la tuya en el progreso y los avances que están teniendo lugar; creo que estamos en un momento en el que es difícil elucidar si la tecnología está suponiendo una quiebra afortunada o está sembrando semillas de desigualdad, así que una mirada ecuánime y centrada en las posibilidades que se ofrecen es muy bienvenida.
Dicho esto, ¿crees que, como piensa tu personaje, perderemos el fervor por la creatividad, el impulso tanto físico como espiritual para seguir desarrollándonos como especie? ¿Podrían los algoritmos reducirnos a complacientes organismos preocupados tan solo por los placeres inmediatos?
No tengo claro que el escenario futurista que he dibujado sea tan esperanzador…
Respondiendo a tu pregunta, creo que los últimos años hemos visto cómo la tecnología ha potenciado nuestra creatividad y nuestra capacidad de exposición y, al tiempo, nos ha adormecido y aletargado para consumir contenidos. Es muy difícil predecir adónde vamos, pero me inclino a pensar que no habrá desenlace muy distinto a esta tensión recurrente entre narcotización e impulso creativo.
Me encantan los mitos, gracias por relacionarlos de manera tan sugerente y reveladora. Puede que el mayor castigo se encuentre dentro del mismo progreso. Y aún así estamos condenados a avanzar, pues la curiosidad es inherente al ser humano. Eva volvería a morder la manzana y Pandora abriría aquella caja llena de misterio.
La ciencia ficción siempre me ha gustado, aunque no he sido un grandísimo lector. Hace muchos años escribí alguna cosa y llegué a tener una pequeña novela iniciada, pero se quedó a medias. Gracias por el interés y por comentar.
Hoy, más que nunca, el nombre de tu newsletter hace honor a su paradójico enunciado…
Me alegro de contar con visiones esperanzadoras como la tuya en el progreso y los avances que están teniendo lugar; creo que estamos en un momento en el que es difícil elucidar si la tecnología está suponiendo una quiebra afortunada o está sembrando semillas de desigualdad, así que una mirada ecuánime y centrada en las posibilidades que se ofrecen es muy bienvenida.
Dicho esto, ¿crees que, como piensa tu personaje, perderemos el fervor por la creatividad, el impulso tanto físico como espiritual para seguir desarrollándonos como especie? ¿Podrían los algoritmos reducirnos a complacientes organismos preocupados tan solo por los placeres inmediatos?
No tengo claro que el escenario futurista que he dibujado sea tan esperanzador…
Respondiendo a tu pregunta, creo que los últimos años hemos visto cómo la tecnología ha potenciado nuestra creatividad y nuestra capacidad de exposición y, al tiempo, nos ha adormecido y aletargado para consumir contenidos. Es muy difícil predecir adónde vamos, pero me inclino a pensar que no habrá desenlace muy distinto a esta tensión recurrente entre narcotización e impulso creativo.
Un Eros y un Thanatos del siglo XXI, salvando las distancias…
Me encantan los mitos, gracias por relacionarlos de manera tan sugerente y reveladora. Puede que el mayor castigo se encuentre dentro del mismo progreso. Y aún así estamos condenados a avanzar, pues la curiosidad es inherente al ser humano. Eva volvería a morder la manzana y Pandora abriría aquella caja llena de misterio.
¿Nunca te has planteado escribir ciencia ficción?
Muchas gracias. Me alegro de que te haya gustado.
La ciencia ficción siempre me ha gustado, aunque no he sido un grandísimo lector. Hace muchos años escribí alguna cosa y llegué a tener una pequeña novela iniciada, pero se quedó a medias. Gracias por el interés y por comentar.